ATARDECER
Atardeciendo,
dulces susurros de olas
crean poesía
sobre arenas dúctiles.
Lo mágico se materializa
en gotas de sal,
embajadoras de estrellas.
Descansan gaviotas
en delicados amarres.
Cede el ímpetu.
La soledad no existe.
Día y noche se reconcilian.
Pilar
Carmona.
©